Se pagaron 210.000 pesos. Lo compró el polista Adolfo Cambiasso.
La Exposición Rural de Palermo cerró ayer sus puertas con un récord: en los remates se pagaron 210.000 pesos por un Gran Campeón. Por cierto, los ganaderos más tradicionales estaban desolados con la novedad, porque el ejemplar que obtuvo tan alta cotización no fue un vacuno sino un brioso caballo de Polo Argentino.
El equino tiene un espacio asegurado en las revistas del jet set vernáculo. No sólo porque batió todos los récord de venta en esa raza, sino también por su nombre y por su nuevo dueño. Open Chimento fue vendido por la cabaña La Ellerstina y comprado por el conocido jugador de polo Adolfo Cambiasso.
Santiago Ballester, directivo de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo, intentó explicar el por qué de tan alto precio. «Es la excelente genética de este ejemplar. Es lo que buscan los centros de transplante», indicó, ancho, por el despegue de un sector económico que integran unas 300 cabañas de animales con pedigrí y que, de la mano de los polistas, prestigia a la Argentina.
A contramano de las demás asociaciones equinas, la de Polo autorizó en los últimos años la utilización de técnicas de trans plante embrionario e inseminación artificial para la mejora genética de sus ejemplares, algo que en la ganadería vacuna se viene haciendo desde hace décadas. Esto disparó las cotizaciones de los reproductores que llegan a Palermo. El año pasado, por una hembra se pagaron $ 100.000.
Cada jugador de polo requiere al menos de 6 caballos para practicar ese deporte, que usualmente lo acompañan a las exhibiciones en diferentes países del mundo.
Como la familia es chica y está bien documentada su genealogía, en muchos casos este tipo de operaciones se nutren de razones afectivas. Cambiasso, por ejemplo, ya había montado a la madre de Open Chimento.
De un reproductor macho, un centro de inseminación puede lograr entre 100 y 120 servicios (saltadas) por año. En cambio, una yegua solamente permite obtener de 3 a 4 embriones por temporada.