Howard Pearce opinó que es necesaria ante el reclamo vigente de soberanía de Argentina.
El gobernador que el Reino Unido tiene en las islas Malvinas, Howard Pearce, agradeció en su discurso anual ante el consejo isleño «el trabajo esencial de las Fuerzas Británicas» por garantizar la seguridad del archipiélago. «La continua afirmación del reclamo de la Argentina sobre las Falklands (sic) demuestra la necesidad de las islas de ser apropiadamente defendidas y de los isleños de ser reasegurados acerca del compromiso militar del gobierno británico en el Atlántico Sur».
El comentario sonó bastante inoportuno un día después de que su propio gobierno tuviera que desmentir que existiese cualquier alerta militar, como había señalado en su portada de tipografía catástrofe el diario Sunday Express, en Londres. Y mucho más, cuando esa publicación y los comentarios ulteriores que generó, dieron pie a que el propio Ministerio de Defensa argentino reafirmara, como publicó Clarín, que el Gobierno «quiere la recuperación de las islas Malvinas por medios pacíficos y la negociación diplomática. Ni remotamente se piensa en el uso de la fuerza militar, como en 1982».
El funcionario del Foreign Office, que supo servir en la Embajada en Buenos Aires en los 70, recordó que en su discurso del año anterior ya había anticipado que el fracaso de la pesca del calamar Ilex y el deterioro de las relaciones con Argentina provocarían un período «desafiante» para las islas. «Así ha sido demostrado», remachó.
Atento a su auditorio, Pearce, señaló que el compromiso británico «con el derecho de autodeterminación de los isleños continuaba tan fuerte como ha sido siempre. El Gobierno argentino no tiene excusa para malentendidos: los isleños desean seguir siendo británicos y no hay prospectos de que cambien de idea sobre este punto en un futuro cercano», dijo.
«Lamentablemente, es poco lo que puedo decir positivo, al menos en términos de la relación con el Gobierno argentino. La Comisión de Pesca del Atlántico Sur continúa reuniéndose periódicamente para discutir el manejo de las pesca en el sudoeste, pero la calidad de la cooperación que hemos recibido del lado argentino ha sido decepcionante», sostuvo y agregó que el rechazo argentino «a discutir la cooperación en alta mar en términos que el gobierno británico y el de las islas puedan aceptar ha sido particularmente lamentable, a pesar del claro interés mutuo en mejorar la calidad de manejo de la pesca en la región».
Consultada por Clarín, una alta fuente de la Cancillería dijo que éste era el único punto que había resultado llamativo del mensaje, ya que no tenían registro de que hubiera tal «decepción» en las tratativas mantenidas en el seno de la Comisión de Pesca.
Por lo demás â??comentó el funcionario consultadoâ?? el mensaje fue visto en Buenos Aires como menos hostil que el del año pasado, cuando Pearce había hablado de las «presiones» argentinas.
Es cierto que este año Pearce intercaló que «ha habido algunos progresos» en las discusiones bilaterales «sobre un estudio posible referido a la remoción de minas (antipersonales)» del suelo isleño.
Pero trascartón indicó que: «Sobre el tema de vuelos chárter no ha habido movimiento, y no hay actualmente signo de que los argentinos estén preparados para discutirlo en términos que fueran aceptables para los isleños».
Curiosamente, en este tema referido al reclamo de Argentina de restablecer vuelos directos entre el continente y las islas con una línea nacional, según Pearce, los términos son «inaceptables» sólo para los isleños. Nada mencionó acerca de Gran Bretaña, que en definitiva es quien maneja sus relaciones internacionales según los acuerdos con sus mentados territorios de ultramar.
Más positiva, sin embargo, le resultó la visita en marzo de los representantes de la comisión de familiares para ver el nuevo monumento en Darwin. «No tengo duda de que hicimos bien en darles la bienvenida a los visitantes, quienes han sufrido una tragedia personal profunda por la pérdida de familiares durante el conflicto», señaló.