Pollos asesinos – El mortal virus H5N1 se ha detectado en granjas de Rumania

Ya está en Europa. El mortal virus H5N1 se ha detectado en granjas de Rumania y Turquía. Con estas noticias, los peores presagios sobre la gripe aviar se están cumpliendo. En Colombia se ha detectado una variante menos letal, pero todos los países, incluido Chile, han sellado sus fronteras.

Las imágenes de un campesino turco que miraba desconsolado cómo unos hombres vestidos como para ir al espacio se llevaban a todos sus pavos para quemarlos daba la señal de alerta a toda Europa. El virus H5N1 está aleteando a las puertas del continente. Y hay fundadas sospechas de pollos contagiados en Rumania y, posiblemente, en Bulgaria.

La reacción inmediata de la Unión Europea ha sido convocar a una reunión urgente de los 25 países miembros, organizar un sistema de alerta rápida, pedir calma a la población y blindar sus fronteras a las importaciones de pollos de esa zona. Además recomiendan vacunar al 75% de la población más vulnerable. Lo que no pueden impedir es que las aves migratorias sigan cruzando los cielos en todas las direcciones.

UNO DE CADA DOS MUERE

Tampoco es fácil eliminar a las aves contagiadas. Ya se destruyeron casi nueve mil en Turquía, pero sospechan que hay muchas más. El principal obstáculo son los propios dueños de las granjas, que ven como su economía se convierte en cenizas y prefieren ocultar a sus animales enfermos. En Asia, donde se originó la infección en el año 2003, han muerto 150 millones de aves. Un desastre económico.

El costo en vidas humanas ha sido relativamente pequeño: unas 60 personas hasta ahora. Pero el virus es extraordinariamente agresivo. Basta estar en contacto con los pollos enfermos o inhalar polvo de sus excrementos secos o de sus plumas para contagiarse, y la experiencia muestra que sólo sobrevive la mitad de los afectados. Los síntomas son similares a una gripe común: fiebre, tos, dolor de garganta y conjuntivitis. Estudios en fallecidos asiáticos han demostrado que no sólo afecta a los pulmones y que muchas muertes atribuidas a otras causas podrían tener como culpable al famoso H5N1.

El gran pánico es que el virus de esta gripe del pollo mute y se convierta en una gripe que puedan trasmitirse los humanos entre sí. Se podría decir que si esta mutación llega a producirse, las posibilidades de que la enfermedad se convierta en una pandemia que asole el planeta, dejando un reguero de cientos de millones de víctimas, puede ser real. Hasta ahora esto no ha ocurrido, pero el recuerdo de la â??gripe españolaâ? y sus 40 millones de muertos en un solo año en Europa después de la Primera Guerra Mundial mantiene a las autoridades en ascuas.

De ahí el llamado a las vacunaciones masivas en humanos, especialmente a toda la población susceptible de contraer una gripe común (ancianos, enfermos y personas vulnerables), lo que ha planteado un verdadero dilema ético y económico. En lo económico, se está hablando de millones y millones de dosis de vacunas, y de momento no hay tanto stock. Y si no hay suficiente para todos, habrá que discriminar y elegir a quién se le administra y a quién no.

EL GRAN NEGOCIO

A todo ello hay que hay que sumar la batalla legal de los laboratorios Roche y Glaxo por las patentes de Tamiflu y Relenza, los pocos tratamientos que existen. Estos gigantes farmacéuticos están en litigio con los creadores de estos medicamentos: Gilead, una empresa americana, y la australiana Biota. Y no son cifras pequeñas las que están en juego. En solo seis meses, Roche ha vendido 460 millones de euros del primero de ellos. Y si la pandemia o el pánico se desatan, las ganancias superarán cualquier estimación posible.

Quienes tendrían pocas posibilidades de comprar estos medicamentos serían los africanos. La FAO supone que el virus llegará a ese continente con las aves migratorias a finales de este año y principios del que viene. Etiopía, Kenia y Tanzania serían los primeros. Luego vendría el efecto dominó, hasta cubrir todo el continente.

LE TOCA A COLOMBIA

En América, una variante mucho menos letal ha llegado esta semana a Colombia. El foco fue detectado el lunes en Tolima, en el centro del país. Sin demora, todos los países vecinos prohibieron el tráfico de pollos, plumas y huevos. A pesar de los esfuerzos del ministro de Agricultura colombiano, Andrés Felipe Arias, de restarle importancia a la epidemia mientras comía alitas de pollo, el caso es que Venezuela, Perú, Ecuador, Panamá y Bolivia suspendieron todas las compras de productos avícolas colombianos. Una pésima noticia para los granjeros de ese país.

Y Chile también está siendo estricto. Este viernes, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) puso en marcha un escudo sanitario a pesar de no ser cliente de este tipo de productos en el extranjero. Se trata de intensificar los controles e impedir que los viajeros ingresen productos avícolas de las zonas de riesgo. Claro que no podrán impedir el vuelo de las aves silvestres, en caso de que se confirme una epidemia. Hay que recordar que hace dos años, en la zona central, un brote de gripe del pollo mató a 100 mil aves de corral y tuvieron que sacrificar medio millón más. En ese caso, el peligro para los humanos era sólo económico.

La gripe aviar está teniendo un último efecto: el de revelar la enorme fragilidad del sistema, en el que un pollo enfermo en Vietnam puede causar estragos en Alemania. Y también la feroz diferencia que significa estar en los países adecuados para recibir todos los tratamientos, y aquellos a los que el sistema abandonará por ser poco rentables. Y los pájaros sobrevolarán indiferentes por sobre todas las diferencias. LND

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