Tango – Las puertitas del Sr. Casero

MUSICA: ENTREVISTA CON EL ACTOR Y CANTANTE
El martes lanza «Hiperfinits Firulets», nuevo CD en el que participan desde Catupecu hasta la banda del Regimiento de Patricios. Una invitación al insólito universo de Alfredo Casero.

Alfredo Casero, en los subsuelos de un estudio de grabación en La Paternal, es una criatura ambivalente que cruza miradas de fuego con los que lo rodean. Pregunta cómo no saben que uno de sus temas está entre los cinco primeros en un ranking de Polonia y al rato, con tierna serenidad, le pide disculpas a una de sus asistentes y le tiende un rebosante plato de medialunas. Lejos del desvarío, el hombre intimida con una exuberante amabilidad.

Después se lanza sobre Tetsuwan Atomu, tema de la serie Astroboy, que abre y cierra el disco Hiperfinits Firulets que saldrá el martes. El track uno arranca según la versión del coro infantil de la escuela japonesaâ??argentina Nichia Gakuin y el 16 suena con Catupecu Machu, una de las bandas invitadas al disco junto con Attaque. «De chico, en Avellaneda, los más grandes me pusieron Astroboy porque realmente era un pibe raro. Y estaba convencidísimo de mi papel de Astroboy: un niño abandonado a su suerte por el padre que lo creó; hijo de la caridad de un científico que finalmente es vendido a un circo de freaks».

Innegablemente fiel a si mismo, Casero bucea en un repertorio basado en el concepto esférico musical «porque lo hice como se me cantaron lasâ?¦ No soy ni cantante ni músico, sino un artista de varieté que puede recrear las cosas que un disco necesita para que a mí me divierta». El pastiche va de Astroboy, pasando por una canción francesa del siglo XIII (Je languis d’ amere mort) y Milonga de Jacinto Chiclana de Borges; a Spider-man («me lo pidieron para la película y no me di cuenta que en la letra estaba diciendo Spiderman era maricón. Al final quedó en la nada») y temas que aparecieron por primera vez en Cha cha cha como Pizzulino (la cantaba uno de sus personajes, el Ratón Juan Carlos) o la mítica Marcha del Dr. Vaporeso, grabada aquí junto al Regimiento de Patricios. En tres años, entre idas y vueltas por el teatro, la tele, el cine; repartido entre Buenos Aires, Puerto Madryn y Japón; surgió este random musical, caprichosamente caseriano.

El primer corte de Hiperfinits Firulets será Cacho. Hace unos días que Casero terminó de dirigir el video. Una road movie que en siete minutos relata la historia de un camionero que, en un golpe de suerte, consigue un Scania naranja, sale a las rutas y rescata â??a los tirosâ?? a una chica de un cabaret. El video es un relato lineal de la historia hasta que la cámara se aleja de la tierra, aparece un astronauta que comenta Qué bueno es el espacio. Acto seguido es golpeado por un aerolito y un contundente callate pelotudo. Casero estalla de la risa y pide replay de esa parte que, seguramente, será cortada. «El tema salió cuando iba por la ruta 1, que une Camarones y Cabo Raso, en el Sur, y recordé cosas que me contó mi mecánico Harry, que protagoniza el video y es un bombonazo. Es la historia de un tipo que con su cabeza, la manos y el corazón tiene que transportar una carga y arregla su vida mientras va trabajando. Puede ser un tango o también un narcocorrido, tiene códigos que se comprenden en todos lados».

Muchas veces dijiste que el público no entendía lo tuyo. Después de tus papeles en cine y en tele como actor dramático, inclusive como conductor, ¿sentís que pagaste el precio de la comprensión?

Cometí el grave error de preguntarme en algún momento » ¿cómo puede ser que no entiendan esto?» Me refiero a Cha cha cha que no era ni más ni menos que un rejunte de cosas que la gente tenía en su memoria: Pepe Biondi, etc. Fuimos hijos de todo eso y en el programa lo expusimos. Tuvieron que pasar dos o tres generaciones y hoy me encuentro con pibes que son eruditos del programa. Siguen leyendo lo que quisimos decir. Te das cuenta que el acto creativo tiene un camino y que la gente lo asimila con el tiempo. Cha cha cha fue un hecho artístico realizado en primera persona por un montón artistas. Sirvió como aparato para sacar el miedo. Ahora invité al Regimiento Patricios para la Marcha de Vaporeso porque es juntarlos con mi miedo a lo militar, el de mi generación, y el de los más chicos. Ellos aparte de militares son músicos. Ahora pienso que ojalá ese material de Cha cha cha esté a buen recaudo. Muchos programas quedaron en una especie de limbo y otros directamente se han borrado.

¿Con la música te paso algo parecido?

No, porque después de que hicis te algo en televisión y ves que aparecen un montón de programas que hacen lo mismo, entre tantas cosas, te das cuenta que nada te corresponde.

En el disco hay una milonga de Borges y otra tuya. ¿Cómo llegaste al tango?

Del sketch de Cha cha cha Venga a bailar el tango en pelotasâ?¦ Pasé la barrera de los 35 (n. de la r.: cumplió en noviembre 42) y es verdad que el tango te pega. Recreo esas piezas, Jacinto Chiclana o la que le dediqué a la Fufi, mi mujer, en memoria de las milanesas que quemó. Todo el disco es como una película en mi cabeza.

Es volver a tu historia porteña.

Soy un icono de acá aunque nací en La Plata. Pasé mi infancia de los 4 a los 12 en Avellaneda, o no. No sé muy bien mi historiaâ?¦Estuve en Vicente López, después en Palermo, Parque Patricios pero iba a jugar a La Boca porque tenía mis amigos en Catalinas. Después anduve por San Telmo, que abandoné cuando se puso fulero por las banditas, y me fui para Barracas. En toda esa movida recibí la música por oído, por mi madre que no pudo ser artista pese a ser una hermosa bailarina de flamenco. Haber frustrado eso le cagó la vida. Entonces yo, que provengo de esa clase media que vive mal porque quiere, supe desde chico que en mi vida tenía que ver con querer hacer cosas y llevarlas a cabo. Después me fui de mi casaâ?¦ Pero no hablemos de mi historia. Siempre me preguntan » ¿es verdad que de chico le dabas a un caniche?», ahora te puedo contestar que no, se trataba de un cocker (risas).

Hace un tiempo hablabas de que tu tiempo en Japón ya estaba hecho, ¿seguís pensando lo mismo?

Me pareció injusto ocupar tanto tiempo un lugar que quizás les pertenecía a otra gente como Claudia Oshiro, Julio Arakaki, Los Parraleños o Tintoreros. Pero ellos se encargaron de decirme que lo mío iba por otro lado. Igual, las cosas suceden, no pienso en hacer hits que peguen en Japón. Pretendo que no sólo allá me den bola sino en todos lados.

Lo más suntuoso del disco es la imagen, en la marcha del Dr. Vaporeso, del Regimiento Patricios adentro un estudio. ¿Por qué volves a la figura de Vaporeso?

Vaporeso es como el espíritu de San Martín. Un hombre probo de la Argentina que lo único que hizo fue enseñarle a los más jóvenes una forma de vivir. El fue el mentor de Cha cha cha. Vaporeso tiene dos hijos, Héctor Yañez y Ana María Yañez de Colatromba. Ella deja la plata de la herencia en la farmacia La Ideal. El dinero se pierde y después reaparece. Los billetes, del año 1927, son vendidos a un coleccionista que da por ellos 140 dólares. Con eso se forma la Fundación y de ahí sale el programa, entre otras cosas. En realidad, Vaporeso enseña que todo el mundo va a perder y que no queda otra que perder jugando.

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